jueves, 5 de enero de 2012

#SOSPúblico


Desde hace años, si no décadas, se percibe cómo los medios de comunicación han quedado, casi en su totalidad, absorbidos por el capital, un arma de destrucción masiva que utiliza una infinidad de mecanismos de todo tipo con el único objetivo de copar el control de las mentes ciudadanas. 

Entre tantos mecanismos, los medios de comunicación representan, sin duda, la senda preferida por el capital como la forma más directa y evidente de crear en los ciudadanos opiniones que le sean favorables. Solo es necesario echar una ojeada a la estructura de propiedad de los medios de comunicación para comprobar la homogeneidad de la que gozan. En resumen: el derecho a la información ha pasado a ser un negocio más a la par que crece la libertad de empresa en detrimento de la libertad de prensa. 

Pero bueno, quizás este podría ser un asunto que pudiese cuestionarse en profundidad en otro momento, aunque esté estrechamente relacionado con el motivo de esta entrada: la posible desaparición del diario Público

Público nació en 2007 situándose en el conglomerado periodístico como un medio que estuviese más a la izquierda de otros como El País. Así fue como comenzó y, hace unos días, su editora anuncia un concurso de acreedores. Esto, así como suena, es una malísima noticia, y explico a continuación por qué:

Público es, para mí, un referente informativo a nivel nacional que, en muchas ocasiones, influye en mis opiniones sobre diversas cuestiones. No es que sea el medio que se ajuste completamente a mis ideas o a mi forma de concebir la realidad, por lo que a diario también acudo a medios independientes, proyectos ciudadanos configurados mediante un conjunto de aportaciones anónimas, unos proyectos que, desde mi punto de vista, son completamente necesarios. Hablo de medios como Kaosenlared, Tercera Información o Rebelión. Pero sí es cierto que es el único diario de tirada nacional que, en mayor o menor medida, se puede acercar. No siempre me han gustado los enfoques que da para cubrir determinados sucesos, pero es verdad que es, de entre todos los diarios nacionales, el único que sigue y defiende una línea de izquierdas y donde tienen cabida todo tipo de opiniones de las izquierdas. 






Público ha sido el proyecto que lleva tiempo, a través de su especial Memoria Pública, reivindicando la Memoria Histórica, la justicia y la reparación que merecen las víctimas que lucharon por la libertad en este país durante tantísimas décadas. A día de hoy, los crímenes contra el 100% de las víctimas del fascismo continúan impunes. Es, cuanto menos triste, que sean terceros países, después de tantos años, quienes se propongan investigar a los ejecutores del Franquismo. Asimismo, también expone lo mejor de la tradición y la causa republicanas.


Público ha sido el diario que ha dado, aunque no coincidiendo siempre con mi punto de vista, cobertura a los procesos democráticos de países como Venezuela o Argentina y que ha tenido la capacidad de denunciar, en algunas ocasiones, el bloqueo que sufre Cuba desde 1962. 

Público ha sido también el diario que ha puesto en cuestión las acciones antidemocráticas de EEUU, mientras otros se comportan continuamente como borregos de este. Al menos, Público también ha dado voz a causas que otros medios olvidan, intencionadamente, como la causa saharaui o la causa palestina. Aunque, en mi opinión, habría que subir el volumen de esa voz. También en Público se da cabida opiniones altamente críticas con la situación actual, como las de Chomsky o Vicenç Navarro, vetados por otros medios. Además, en cuanto a los últimos movimientos sociales, como el 15M, ha sido el diario de tirada nacional que más cobertura digna le ha otorgado; evitando caer en la manipulación y la criminalización propias de otros diarios. Etc., etc., etc.

En definitiva, las opiniones y los enfoques de Público no coinciden siempre con los míos, pero bastante homogéneo está ya el entramado mediático español (a excepción de los medios independientes como a los que he aludido anteriormente), como para perder la línea editorial de Público que, al menos, mantiene con vida las voces discordantes y la sed de información de muchos. Ni que decir de sus 160 trabajadores, que son los que saldrían peor parados, nunca mejor dicho, de esta situación, pues el periodismo está entre los sectores más perjudicados por esta crisis del capitalismo, que fue crisis durante unos días pero, durante años, ha sido una estafa capitalista. No podemos permitir su pérdida en un momento en el que la denuncia y las respuestas sociales se hacen más necesarias cada día.

Estoy seguro de que las diez personas españolas más ricas en bolsa, que aumentaron su fortuna en 2011 un 8%, o que los que han hecho que la venta de coches de lujo incrementara un 80%, no leen Público. Y es que Público no está hecho para ese tipo de audiencia, sino para otra muy distinta. 

#SOSPúblico 

#PorquePúblicoHaceFalta

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